miércoles, 3 de julio de 2013

Sin título - (Cuento con vampiros)


Hay una pequeña historia de lo que me gustaría hablar, pero no encuentro a quien contarle, por eso es que lo escribo aquí.
Se trata de un hombre de 15 años, una persona muy reservada, tímida y que causaba curiosidad, él era mi vecino.
Nunca lo vi con gente, siempre solo. Lo único que hacía era saludarme cuando me lo cruzaba por las calles de flores con un “Chau”, ¡¡¡ese chau me causaba temor!!!
El día 23 de junio del 2003 salgo de mi casa para ir a trabajar, eran aproximadamente las 7 de la mañana.
Voy caminando por Av. Rivadavia hasta llegar a la calle Alberdi, donde allí encuentro, sorpresivamente a mi vecino “el raro”.
Lo observo para ver qué era realmente lo que estaba haciendo en esa esquina, a esa hora, y con otra persona que no podía ver de quién se trataba. Rápidamente me oculto tras una puerta y lo mire fijamente sin que note mi presencia.
Al ver que solo estaba con un anciano pensé en irme, cuando me estaba yendo, me di vuelta para volver a mirarlo y en ese momento, en ese preciso momento, sentí angustia, ganas de gritar y correr al ver lo que le estaba haciendo a ese pobre anciano.
Mi vecino, ese chico tan reservado, ¡¡¡era un vampiro!!!
No podía creer lo que estaba viendo, esa cosa mordió y bebió la sangre del abuelito.
Hasta que reaccione y salí corriendo, lloraba del susto, él me escucho y corrió atrás mío hasta alcanzarme, - le grite: ¡por favor, no me hagas nada!. Observaba mi cuello, quiso tocarlo y empecé a llorar más fuerte, él me gritó, fue un grito raro y temeroso, que inmediatamente del miedo que sentía, me tapé los oídos.
Nunca se lo dije a nadie, pero el vampiro, mi vecino, desapareció en el momento que yo tapé mis oídos.
Nunca lo volví a ver, y su casa está abandonada.

Solo quería desahogarme, ojala al arrojar esta simple hoja, alguien del otro lado la lea y entienda que en verdad los vampiros sí existen.

Anónimo - 4º C - 2013

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