La Profesora de Literatura, mandó de tarea hacer oraciones con las preposiciones. Para ayudarnos, podíamos recurrir a letras de canciones. ¡Tarea fácil!, pensé para mí, con todas las canciones que conozco, ¡una papa!, y… hasta aquí llegué.
Bajo esta presión, mi cerebro se negaba a transitar el camino de las canciones y me repetía constantemente: sin música, no hay letra. Ante esta situación, no cabía otra cosa que hacer oraciones o escribir un gran cuento, como para presentar algo.
Pero mi cerebro se resistía a cooperar, estaba en contra mío. Por más que le rogaba y le rogaba, según mis cálculos, me faltaban varias preposiciones, entre ellas: durante y mediante y no sabía hacia dónde ir, sobre qué escribir y me quedaron desde y tras. No sé qué decir… y hasta aquí… llegué.
Ana Sangay – 1º B