martes, 22 de marzo de 2011

El viejo

Acto 1

Escena única.

En un hotel familiar donde viven varias personas.

Son las 8 hs de una mañana fría. Facu está en su casa, acostado en su cama todo tapado. Golpean la puerta de su habitación.

La habitación de Facu no es muy grande y es un tanto obscura y sucia. Consta de una cama de una plaza, una cocina chiquita en un rincón, al lado de la cual hay ua escoba, un tacho de basura y una pala; y una mesa donde tiene una pava, un mate, unos cubiertos y un par de vasos.

Facu:- ¿Quién es? (Se levanta. Estaba completamente vestido bajo las frazadas. Se dirige a la puerta).

Lucía: -Soy yo… Abrime que hace frío.

Facu:-(En tono fraternal y de burla) -No… No te abro nada: vos no sos yo. Yo estoy acá.

Lucía:- ¡Dale, boludo! ¡Abrime que me cago de frío!-

(Facundo abre la puerta. Lucía entra y los dos se saludan)

Facu:- ¿Cómo andás, negrita? ¿Y qué hacés tan temprano acá? Yo me estaba por ir a laburar ya.

Lucía: (sin entender demasiado) ¿Qué decís? ¡Si vos no laburás! (cambiando de tema) ¿Llegué tarde?

Facu:-¿A dónde tarde?

Lucía:-Acá… a tu casa.

(Facu la mira como buscando una buena respuesta. Lucía lo mira confundida.)

Lucía:-No me mires así… Hace varios días quedamos en reunirnos hoy acá.

Facu: - (En tono bromista) Yo no quedé en nada y soy el que vive en esta “pieza”. Aparte, es miércoles a la mañana; yo pensaba que era el único que andaba escabiando desde temprano.

Lucía:-Yo casi me olvido. Me acordé cuando me desperté que habíamos quedado en venir acá.

Facu:-¿Quiénes quedaron?

Lucía:-¡Uy, yo qué sé! Alguien me llamó; no sé quién ni qué me dijo exactamente, pero sé que tenía que venir acá a esta hora más o menos.

(Golpean de nuevo la puerta. Afuera están Ezequiel y Calismán)

Calismán: (casi gritando) ¡Dale, Abrime que me cago!

Ezequiel: - (En voz alta)Abrile que se caga…

Lucía: (entre risas) No le abras… ¡Que se cague!

Facu:-¡Uy! Ya me acordé que me dijeron tenían que venir ustedes

Lucía:- ¿Quién te lo dijo?¿No fuiste vos?

Facu:-No… (pensativo) Tanto no sé. Yo también tengo cosas a veces en la cabeza que no sé cómo me “entran”.( Le abre la puerta a sus amigos y se saludan rápido)

Calismán: (Ya en camino al baño)- Paso un segundo al baño.

Facu:- Mirá que no hay papel.

Calismán:-Igual voy a hacer pis, nada más.

Eze:- Yo también me estoy meando. Por el frío, ¿viste?

Facu:-Sí… Acá adentro parece que hiciera más frío que afuera.

Lucía: (interrumpiendo) -Pero afuera hay viento. Facu, ¿te acabás de levantar?

(Sale Calismán del baño y entra Ezequiel)

Facu:-Sí, ¿por?

Lucía: -¿Y dormís vestido?

Facu: (Con una mueca de resignación en la cara)-No… Lo que pasa es que el lunes se me metió este viejo de mierda (señala hacia su cama) en la pieza y no lo puedo sacar.

Calismán: (Mirando en la dirección a la que apunta el dedo de Facu) ¿Qué viejo?

Facu:-El que está ahí abajo. (Se acerca a la cama y la golpea con un pie).Es un vecino que entró y se metió debajo de la cama. Y todavía no lo pude sacar.

(Ezequiel sale del baño con las manos mojadas, que se seca en el pantalón.)

Eze:- ¿Qué pasa acá?

Lucía:- Nada. Que le entró un viejo y no lo puede sacar de debajo de la cama.-

Eze: (muy convencido) –Pero sacalo a patadas, pelotudo.

Facu: Ya lo hice, y ni siquiera se mueve.

Calismán: Pero, che, ¿y no te jode que esté ahí?

Facu:- Joder, jode. Pero no hace ruido ni nada. El primer día ni me dí cuenta de que estaba. No sabés el cagazo que me pegué cuando me agaché a buscar mi zapatilla.

Eze: Che, ¿y si lo prendés fuego o algo?

Facu: - No. Se me va a quemar la cama.

Eze:- Sí, tenés razón. Despúes terminás durmiendo en el piso… Y en una de ésas hasta lo extrañás al viejo.

Facu: - ¡Qué lo voy a extrañar si es como dormir con el cuco! Por mí, lo prendo fuego, pero ¿después quién carajo me saca el olor a viejo choto quemado de la casa?-

Lucía: Che… Y si lo movemos entre los cuatro y te ahorrás el homicidio?

Facu:- Si querés lo intentamos, pero te aviso que yo me rendí porque cada vez lo tocás empieza a gritar como un enfermo. No lo soporto.-

Calismán: Che… ¿Y habla? Yo pensé que estaba gagá.

Lucía:- ¿Qué cosas grita?

Facu:-No sé, no le entiendo nada. Habla algún idioma soviético. Polaco o húngaro. Una cosa así bien rara.

(Ezequiel se agacha y se queda mirando al anciano, que le devuelve una senil mirada con grandes ojos azules).

Eze: - Tiene cara de loco este cadáver.

Facu: - ¡Uh, no, che! No le digas así que me asustás. En cualquier momento se me muere y me mete en un quilombo.

Calismán: - Yo en tu lugar lo sacaría antes de que se haga un nido ahí. Una vez a mi casa entró una de esas cucarachas bien grandes que vuelan, y a la semana estaba todo repleto de ellas.

Eze: - Sí, pero en este caso es distinto porque a cierta edad los viejos se vuelven impotentes.

Calismán: (Haciéndose el gracioso) – Igual para eso hay pastillas.

Lucía: (Empezando a enojarse)- Bueno, ya me harté. Si no lo van a matar me voy yendo… Si lo van a matar también pero primero me quedo un ratito a ver.

Calismán:- Si lo vamos a matar, lo matamos todos todos. Y vos pasás a ser cómplice.

Lucía no responde. Los cuatro chicos siguen discutiendo. De a ratos ríen, y de a ratos se los ve serios.

Se cierra el telón.

2º Acto.

Se abre el telón. Facu y Lucía charlan en un rincón de la habitación mientras toman mate. Sentados en el piso están Calismán y Ezequiel, que se dedican a molestar al viejo. Cada vez que alguno de los dos lo toca con la mano o el pie, el viejo grita. Si lo siguen tocando puede notarse que dice palabras en un idioma desconocido.

Calismán:- ¡Jajaja! Mirá la cara que pone cuando le acerco la mano, justo antes de tocarlo. ¡Qué viejo más raro! (Le acerca la mano. El viejo arquea las cejas y abre desmesuradamente la boca. Cuando el chico aleja la mano, su expresión vuelve a ser neutra.

Lucía se levanta del suelo y lleva un mate hasta donde están Calismán y Ezequiel. Facundo aprovecha y se va al baño.

Lucía: - ¿Qué hacen, chicos?

Calismán: - Nada, mirale la cara al viejo. (Hace otra vez el jueguito de acercarle la mano.)

Lucía: -Deberían dejar de molestarlo, se va a terminar enojando…

Ezequiel:- Estaría bueno, así se va de una buena vez, ¿no?

Calismán: - ¿Y Facu?

Ezequiel: -Eso, ¿Y Facu? Ah… Me pareció escuchar la puerta del baño. (Lucía le sonríe) ¿De qué te reís? (A Lucía)

Lucía: -Que dijo que tenía retorcijones de panza por el mate y no hay papel…

Ezequiel: -También con los mates horribles que cebás vos.

Calismán:- Ja… Y no tiene bidet tampoco.

Se ríen los tres. Desde el baño se escuchan los ruidos de Facundo, que parece sufrir bastante. Los demás siguen charlando animadamente pero no puede oírse lo que dicen. Facundo sale del baño un rato después y cierra rápido la puerta tras de sí con un gesto de asco.

Facu: - Les conviene no entrar ahí. Hay un alien. Es peligroso.

Lucía: (Tapándose la nariz) - ¡Puf! Estabas incentivado, ¿eh?

Facu: - ¿Sabés lo que es aguantar esos mates más de media hora? Me cebaste a mí solo, vos te tomaste apenas dos o tres…

Lucía:- Bueno, listo no te cebo más nada.

Facu:-Bueno…

Calismán sigue sentado mirando al viejo, como anonadado. Ezequiel lo acompaña pero parece aburrido.

Ezequiel: - Che, ya fue. Hagamos algo. Saquemos al viejo.

Facu:- Ya te dije que grita.-

Eze: No importa, tiene feo olor. Me parece que se meó encima o algo.

Facu:- Hijo de puta…

Lucía:- ¿Cómo lo van a sacar?

Nadie le responde. Calismán se levanta y va hasta la cocina y agarra la escoba. Todos lo miran. Se acerca hasta la cama y empieza a molestar al anciano, que enseguida empieza a gritar.

Calismán:-Dale, salí, loco. Se acabó la joda.

Eze:- Eso viejo. Ya tomatelá que no tenés que estar acá. Se agacha y lo agarra de un brazo.

Lucía se ríe a carcajadas como una bruja. Facu empieza a tomar distancia, caminando hacia atrás. El viejo ahora tiene medio cuerpo afuera de debajo de la cama y se sostiene la cabeza con ambas manos. Lucía, Ezequiel y Calismán lo empiezan a zarandear. El viejo profiere gritos cada vez más aterrorizados y ahogados.

Facu: - Che, paren, tampoco quiero que lo maten.

Calismán:- Pero dejate de joder.Si dijiste que lo querías sacar.

Facu:- Bueno, lo sacamos, pero no lo torturen.

Eze:- ¿Viste que te dije, que lo ibas a extrañar?

El viejo de repente deja de gritar. Todos se quedan en silencio y se miran, asustados. El viejo no se mueve: está en el suelo con una mano tapándose la cara y la otra en el saco, como agarrándose el pecho.

Lucía: (Acercándose al viejo, y con tono lúgubre.)- Uy… Me parece que lo matamos. (Se agacha, como para ir a tocarlo).

Todos están pálidos, sobre todo Facundo, que apenas atina a agarrarse la cabeza. Lucía le toca el cuello. El viejo se mueve de golpe. Con la mano derecha saca del saco un revólver bastante antiguo y dispara contra Lucía, que cae sobre sus espaldas. Calismán pega un grito y trata de huir, pero es alcanzado por una bala en su espalda, que deja un manchón rojo en su ropa. La misma suerte corre Ezequiel y el único que logra escapar es Facundo.

3º acto

Escena I

Facundo está sentado en una comisaría. Se le acerca un policía que lo mira con mala cara.

Facundo:- ¿Lo agarraron al viejo?

Policía: No, no encontraron ningún viejo en el hotel. Ni a tus supuestos amigos tampoco. Todo limpio.

Facundo: -Pero yo le juro que…

Policía: (Interrumpiendo enojado a Facundo)- Yo puedo hacer dos cosas: O levantar cargos en tu contra por falsa declaración y un montón de cosas más. O dejar que te vayas.

Facundo:- Pero…-

Policía: (Interrumpiendo más enojado que antes) ¡Callate! Yo no sé si estás loco o qué, ni me interesa. Pero las intervenciones judiciales llevan tiempo y son un embole.Si no decís una palabra más, te voy a dejar ir, con la condición de que no vuelvas a aparecer por acá por lo que resta de mi vida. (Lo levanta del hombro) Andate.

Facundo sale a la calle a empujones. Se prende un cigarrillo y lo fuma despacio mientras camina.

Se cierra el telón. Y se abre rápidamente.

Escena II

Facundo abre la puerta de su habitación, con una mirada más que penosa en el rostro. Cuando entra comprueba con horror que frente a él, todo sigue tal y como cuando llegó: sus amigos tirados en el suelo y el viejo sentado en la cama, mirándolo con una sonrisa. Cae el suelo sentado tapándose la cara con las manos.

Lucía, Ezequiel y Calismán aprovechan que su amigo no los ve para levantarse y sentarse junto al viejo.

Cuando Facundo vuelve a levantar la vista, al lado del viejo están sentados sus amigos con grandes sonrisas burlonas en la cara. Facundo los mira con odio, se levanta y sale, cerrando la puerta tras de sí. Desde dentro del cuarto se escuchan carcajadas.

Un pacto, de Alejandro Emanuel Ferraro

Un Pacto

Se abre el telón.

Sonido de fondo: Gritos de demonios y choques de espadas.

Entra Gabriel en escena (vestido con una tunica blanca y una espada en su mano).

Gabriel: - Odio ser un toro comandado por un gavilán destinado arremeter durante toda la eternidad inmortal, invencible, cara a cara con el mal durante cada día de mi condenada vida.

Ángel servidor, héroe, ¿pero que gano?. Nadie me conoce, yo los protejo y ellos desagradecidos solo me influyen en un cuento “La Biblia”. (Desinteresado suplica) Habla menos de mí que de un cordero apunto de fallecer en manos del cruel destino ¡Qué vida de mierda!

Entra en escena Benjamin (vistiendo un jean, camisa a cuadros, anteojos y unos mocasines marrones). Apurado y mirando hacia abajo, tropieza con el cordón de la vereda, al caer pierde sus lentes, los toma del suelo y nota el reflejo de Gabriel.

Benjamin: - (Sorprendido) ¡Qué ridículo eres!

Gabriel: -(Irritado) ¿Por qué me fastidias, infame inútil?

Benjamin: - (Burlándose) ¿Acaso no te has visto en un espejo? ¿Qué clase de moda es esa? ¿Cómo es que vistes eso?

Gabriel: - (Interrumpiendo) ¿Y tu que? (irritado) ¿A eso que tu traes llamas moda?

Benjamin: - No me has respondido

Gabriel: - Mi atuendo es el que traigo desde la creación, mi señor me lo ha dado.

Benjamin: - A quién llamas tu señor

Gabriel: - (Sobrándolo) ¿A quién tú crees?

Benjamin: - (Asustado) ¿De qué clínica psiquiátrica te has fugado?

Gabriel: - Demos un paseo

Benjamin: - ¿Qué traes en mente?

Gabriel: - Te contare una historia

Benjamin: - ¿Sobre que trata?

Gabriel: - Pues ¿Has leído la Biblia alguna vez? ¿Tienes Fe?

Benjamin: - Yo solo creo en la ciencia, lo único que he leído es un informe sobre los avances humanos y cuentos de ficción

Gabriel: - Hermano ¡deja de decir tonterías! Observa el comienzo, Dios separo lo bueno de lo malo, la luz de la oscuridad, creó al hombre y con él siete guardianes. Me presento soy Gabriel y estoy aquí para protegerte

Benjamin desconfiado intenta evadir la situación esquivando al sujeto

Gabriel: - Cuéntame muchacho ¿Cómo es que tú vives en este reino?

Benjamin: - Tengo 34 años, soltero, sin hijos y soy empleado de una compañía de sistema informático

Gabriel: - ¿Qué clase de hombre eres? Yo he estudiado el comportamiento humano y considero que tu vida es demasiado aburrida. Otros en tu lugar suelen visitar antros de entretenimiento, ya sean sexuales como de de recreación.

Benjamin: - ¿Es lo que harías? ¿Prefieres el prostíbulo y los vicios altamente mortales, que tu gran y honorable oficio que dios te a dado?

Gabriel: -(Burlándose) ¿Qué clase de honor es defender algo que no amas?

¿Tú crees que a mí me importan los tuyos? Para mi es una condena ser inmortal y viviré para siempre, pero hay algo que jamás comprenderás. Tú amaras, vivirás y sufrirás. Pero en fin de cuentas todo termina. Tú sufrimiento desvanecerá y todo lo que ames lo perderás, yo en cambio no puedo amar, no viviré el amor en sus diferentes medidas, ya sea: el amor por la amistad, el amor concebido o el amor hacia un objeto de mucho valor afectivo.

Benjamin: - Te refieres al hecho de que tú sufrirás eternamente tu perdida

Gabriel: - (Asiente con la cabeza) Exactamente

Benjamin: - Yo no tengo nada a que amar, siempre he soñado con realizar actos heroicos para la humanidad

Gabriel: - ¿Te atreverás a enfrentarte con aquellos demonios a los cuales le temías de niño?

Benjamin: - (Entusiasmado) ¿Monstruos, vampiros y zombies?

Gabriel: - Mucho mas que eso, cuernos rojos, verdaderos demonios con ojos amarillos y crueles garras de destrucción

Benjamin: - (Excitado) ¡que emocionante que es tu eterna existencia!

Gabriel: - Pues bien, hoy puedes verme gracias a la obra del capataz, le he ofrecido un pacto que acepto sin problemas. “Convence a un hombre para ocupar tu puesto y te liberaras de mis aposentos, aquello que tu llamas condena”, estas fueron las palabras de mi señor.

Benjamin: - Ah ¿si?

Gabriel: - Si tú estas de acuerdo, te propongo un pacto: Cambiaremos de roles tu vives tu vida heroica para la humanidad y yo experimento mi vida como mortal

Benjamin: - Perfecto, si así lo propones, acepto.

Tu vives los excesos y yo mis heroicas actuaciones

Gabriel: - De acuerdo, es todo un pacto

Se cierra el telón.


Alejandro Emannuel Ferraro (4º Especializado 2010)